Crema en gel similar a la miel que se desliza suavemente sobre la piel y se absorbe rápidamente sin dejar sensación pegajosa, dejándola suave e hidratada.
Aplicar la cantidad adecuada sobre el rostro y dar suaves golpecitos con ambas palmas para que se absorba. Utilizar como último paso de la rutina de cuidado de la piel.